Tavishi*, de 18 años, estaba asustado al principio. Le habían ofrecido un trabajo en un hotel en otro país. La distancia que tendría que recorrer desde su pueblo en Bangladesh era lo que la ciudad de Nueva York está desde Miami. Pero cuando se dio cuenta de que podría enviar dinero a su familia, dejó de lado su miedo y aprovechó la oportunidad.
El viaje en tren duró varios días. Estaba con otra chica, Yaatri*, que también viajaba desde Bangladesh para trabajar en el mismo hotel. Desde su ventana, vislumbraron onduladas colinas verdes, una tierra de granjas y ríos caudalosos que pasaban velozmente.
Cuando finalmente llegó, Tavishi estaba desorientada. La gente de la estación de tren hablaba un idioma que ella nunca había oído. Una mujer los recibió en la ruidosa estación y los llevó al hotel donde estarían trabajando. Era pequeño y sucio. Tavishi y Yaatri intercambiaron miradas. No entendían por qué los habían trasladado por todo el país para trabajar en un establecimiento tan pequeño.
Entonces la mujer cerró la puerta detrás de ellos. Su desorientación se convirtió en pánico.
Afortunadamente, semanas antes, nuestro equipo en India recibió un aviso de que dos mujeres jóvenes llegarían de Bangladesh con un traficante conocido. Encubiertos, se acercaron al traficante y le pidieron ganar tiempo con las chicas recién llegadas.
El traficante compró la historia. El mismo día que llegaron Tavishi y Yaatri, la policía allanó el hotel. Arrestaron a tres traficantes, dos hombres y una mujer, y liberaron a Tavishi y Yaatri antes de que comenzara una vida de abusos. Estas dos mujeres jóvenes ahora reciben apoyo para el cuidado posterior del gobierno y otra organización sin fines de lucro.
¡Gracias por dar generosamente para que Tavishi y Yaatri no sean abusados ni explotados, y sus traficantes sean juzgados con justicia!
*Representante de nombres e imágenes
