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Seng* tenía sólo 14 años, pero vivía en la parte trasera de un salón de masajes tailandeses con aproximadamente una docena* de jóvenes más. Como él, todos eran de Laos. Y todos estaban siendo traficados con fines sexuales.

Los empleados del salón de masajes se vieron obligados a ofrecer servicios sexuales además de masajes. El propietario del spa les exigió que aceptaran cualquier abuso que quisieran los clientes. Si los hombres se negaban o se quejaban, su traficante los amenazaba y les retenía el pago. Sus jornadas eran largas, y los turnos a menudo superaban las 12 horas.

Seng había sido atraído a Tailandia con la promesa de un buen trabajo. El dueño del spa, que también era de Laos, les dijo a Seng y a los demás que tenía un trabajo que le daría dinero fácil. Las promesas habían sido tan tentadoras que algunos de ellos se habían arriesgado a irse de casa sin todos sus trámites de inmigración en orden. Ahora estaban varados, sin estatus legal en Tailandia y sin opciones. Incluso quienes estaban allí legalmente se sintieron atrapados por las amenazas y la manipulación. Una valla rodeaba el spa de la casa, una representación visual de la trampa en la que se encontraban.

Con el paso de las semanas, el abuso pasó factura. Seng observó cómo los hombres que lo rodeaban sufrían como él mismo sufría. Estaba exhausto. Estaba traumatizado. Estaba listo para que las cosas cambiaran.

Las autoridades locales se enteraron del spa cuando alguien notó el aspecto del joven Seng. Los vecinos también vieron actividad extraña alrededor del edificio. La gente iba y venía a todas horas del día.

Los agentes hablaron con Seng y le preguntaron sobre las condiciones de vida y de trabajo. Valientemente, Seng les contó todo.

Fue entonces cuando la policía solicitó el apoyo de The Exodus Road. Los miembros de nuestro equipo tailandés reunieron pruebas de las operaciones ilícitas del salón de masajes y establecieron pruebas para respaldar el testimonio de Seng.

Cuando las fuerzas del orden se trasladaron al lugar, pudieron expulsar a más de 10 hombres, además de Seng. Detuvieron al dueño del spa y a un cómplice. El negocio se está cerrando definitivamente.

El gobierno inmediatamente comenzó a trabajar para repatriar de manera segura a sus hogares a los sobrevivientes adultos que se encontraban allí sin estatus legal. Seng fue trasladado a un hogar de niños donde podrá comenzar a recuperarse del horror por el que ha pasado.

Esta operación de tráfico ilegal fue cerrada gracias al coraje de Seng. Tu apoyo significó que The Exodus RoadEl equipo estaba listo para responder a su testimonio. ¡Gracias por ser parte de la libertad para estos sobrevivientes y de la justicia para quienes abusaron de ellos!

*Nombre e imagen del representante; Por motivos de seguridad, no compartimos el número exacto de supervivientes.